Grans fites del desenvolupament científic.
Gatos que no saben ser gatos. Chicas que no saben dormir.
Ferran ya se ha ido, y justo después ha vuelto el verano. No está bien. El verano es nuestro, siempre ha sido así y esperamos que así siga. El verano es del mar, de las playas, de los paseos y de las cervezas. De las noches sin horas y las mañanas sin relojes -sí, sí; clar, clar-. De los amigos, del amor -¿quién eres y qué has hecho con Xaviera?- y de Manel.
Ferran ya se ha ido, a vuelto a su vida del norte, de más al norte, y yo me quedo aquí, algo menos al norte y con algo más de sol, y definitivamente con más mar. Y así estoy, que como Fites que no sabe ser gato y se cae del balcón cuando no hay nadie para verla, yo no sé dormir y me paso la noche dando vueltas, a veces solo a la cabeza, otras veces más de verdad.
Como hoy. Tras días sin dormir demasiado de noche y muriendo de sueño durante el día decido volver a jugar a ser gato y a pasear por la ciudad por la noche, de aquella manera, con Pochis al teléfono. Es una noche de verano, pero no tengo sueño, y las noches de verano hemos dicho que no son para dormir, sino para los amigos y la cerveza. Y he caminado, y hemos hablado, como siempre, a horas inadecuadas para algunos, pero que son las nuestras. Como nuestros temas de conversación, la eterna lingüística y los eternos líos y juegos e idas y venidas, y nuestras discusiones que se alargan días y días, noches y noches.
Y, con todo, con todo lo que parece me cuesta despegarme de mis tradiciones, de la familia que se elige, como dice mi mono favorito, y con todas las ganas que tengo de volver, he de decir que no sé muy bien por qué vuelvo. Palma es mi casa, pero esta también, y también me gusta. Comprar billetes de avión no debería ser tan fácil, al menos no siempre.
..ay, mamá, ¡os voy a echar de menos estos días y yo sin querer saberlo!
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