La llamada del gato
Se espera que este sea el día más frío de este invierno en Mallorca. Aunque puede que mañana el frío vaya a más. Qué cosas. Yo soy muy de protegerme del frío. Gorro, bufanda, guantes. Llevaría gafas de lana si no fuera porque me gusta ver las cosas, y no caerme, ni chocarme. Qué cosas. Gorro, bufanda, guantes. De llevar un pasamontañas enseñaría lo mismo. Y daría igual.
-Mira qué bonita con su gorrito.
Hay ciento cuarenta metros entre mi casa y mi trabajo. Hay ciento cuarenta metros en los que iba caminando concentrada en mis cosas, en las mías y no en las de los demás, en mi vahar* y seguramente con cara de imbécil. Y ha bastado. Y daba igual. Me ha desconcentrado el imbécil, que lo era de verdad, caras aparte. Mi cara debió confundirle, porque no parece que le pasara por la cabeza que pudiera entender lo que estaba diciendo, porque decidió decirlo justo en el momento que pasaba a su lado, no antes, y tampoco después. Supongo que por eso también le sorprendió que le respondiera. Las cosas no se suelen comunicar, yo sí. Qué cosas.
*1. intr. Echar vaho. [DRAE]
Se ve que este es un verbo que existe
-Mira qué bonita con su gorrito.
Hay ciento cuarenta metros entre mi casa y mi trabajo. Hay ciento cuarenta metros en los que iba caminando concentrada en mis cosas, en las mías y no en las de los demás, en mi vahar* y seguramente con cara de imbécil. Y ha bastado. Y daba igual. Me ha desconcentrado el imbécil, que lo era de verdad, caras aparte. Mi cara debió confundirle, porque no parece que le pasara por la cabeza que pudiera entender lo que estaba diciendo, porque decidió decirlo justo en el momento que pasaba a su lado, no antes, y tampoco después. Supongo que por eso también le sorprendió que le respondiera. Las cosas no se suelen comunicar, yo sí. Qué cosas.
DESNUDO DE MUJER
Para ti nunca fui más que un pedazo
de mármol. Esculpiste en él mi cuerpo,
un cuerpo de mujer blanco y hermoso,
en el que nunca viste más que piedra
y el orgullo, eso sí, de tu trabajo.
jamás imaginaste que te amaba
y que me estremecía cuando, dulce,
moldeabas mis senos y mis hombros,
o alisabas mis muslos y mi vientre.
Hoy estoy en un parque, donde sufro
los rigores del frío en el invierno,
y en verano me abraso de tal modo
que ni siquiera los gorriones vienen
a posarse en mis manos porque queman.
Pero, de todo, lo que más me duele
es bajar la cabeza y ver la placa:
«Desnudo de mujer», como otras muchas.
Ni de ponerme un nombre te acordaste.
Amalia Bautista
*1. intr. Echar vaho. [DRAE]
Se ve que este es un verbo que existe
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