Veintitrés de abril.
Somos el resultado de muchas cosas. Somos el resultado de los cafés que tomamos, en terrazas, de día; y de las cervezas que bebemos, en bares, de noche. Somos, además, el resultado de las cosas que vemos, de los paisajes de los caminos que nos cruzamos, como la carretera de Ses Salines; pero también de las películas que vemos, del tiempo que hace y nos invita a hacer diferentes cosas, cuando queremos hacer cosas. Somos el resultado de las cosas que hacemos, de las que nos distraen y descubrimos, y de las que nos hacen. Somos el resultado de las películas que vemos.
Pero, sobre todo, somos el resultado de todos los que comparten su vida con nosotros, de un modo o de otro. Somos el resultado de nuestros amigos, la familia que elegimos, más encima cuando la tuya está lejos. Y somos, también, el resultado de nuestra familia, aunque esté lejos.
* * *
Era veintitrés de abril y me llamaron. Yo estaba en un cementerio, el de Deià, y me llamaron para decirme que había aparecido muerto. Un veintitrés de abril, mi día favorito. Estaba en uno de mis lugares favoritos y no supe bien qué pensar, que yo necesito mi tiempo para ciertas cosas.
* * *
Somos el resultado de los libros que leemos. Y de las personas a las que siempre vimos leyendo.
Chaíto nomás, Tata Lucho.
Feliç Sant Jordi a tothom.
Comentarios
Publicar un comentario